miércoles, 9 de mayo de 2018

MIS COSAS

   Un día me enfunde en un corto pero lindo vestido y al verme llegar con él, me lanzo esa mirada que causa un poco de asco, a decir verdad.

  Soltó un saludo muy escueto, pero una risa morbosa.

  Era tan pervertido que no me quito la mirada de las piernas, inclusive las toco sutilmente.

  Cuando dijimos adiós, el me dio un beso en la mejilla y un lenguétazo  en la oreja.

  Por primera vez a mis 20 años nunca alguien me hizo que mojara mis pantaletas   ni siquiera lo planee, su actitud hacia mi era diferente cada vez.
Gladys